El castillo de la voluntad y la osadía

Capítulo 6 

Día a día nos enfrentamos a decisiones grandes y pequeñas, decisiones que pueden cambiar nuestras vidas. Lo importante aquí es afrontarlas con valor y voluntad, ser lo suficientemente valientes para explorar territorios que hasta entonces desconocíamos.
Las personas tendemos a acomodarnos ante las situaciones a las que estamos habituados y por este motivo dejamos de experimentar nuevas emociones que desconocemos, por miedo.
Sin embargo no podemos vivir encerrándonos en una burbuja de cristal para evitar que algo nos pueda hacer daño, es necesario enfrentar los temores y sobreponerse de las derrotas para lograr aprender algo de cada experiencia. Esto es lo que le ocurre a nuestro caballero en este capítulo, el caballero debe vencer al dragón del Miedo y la Duda para por fin conseguir su meta: librarse de la armadura. Esto me recuerda a Selectividad, ese terrible exámen que tuve que hacer 2 veces para sacar la nota suficiente para entrar en Enfermería, pensé que nunca lo consiguiría, estaba convencida. Pensaba que estudiase lo que estudiase nunca aprobaría o sacaría la nota... Al final con mucho esfuerzo, ganas y dedicación lo conseguí.

" El caballero, dirigió la mirada a través del puente hacia donde se encontraba el monstruo lanzando fuego hacia unos arbustos, por lo visto, para no perder la práctica. Con el pensamiento en la mente de que el dragón sólo existía si él creía que existía, el caballero inspiró profundamente y, con lentitud, volvió a atravesar el puente levadizo."

 "A medida que el caballero se iba acercando, el dragón se iba haciendo cada vez más pequeño, hasta que alcanzó el tamaño de una rana. Una vez extinguida su llama, el dragón comenzó a lanzar semillas. Estas semillas, las semillas de la Duda, tampoco lograron detener al caballero. El dragón se iba haciendo cada vez más pequeño a medida que continuaba avanzando con determinación."

Moraleja

Así funciona el enfrentar nuestros temores, posiblemente no tengamos éxito desde un principio pero si seguimos intentándolo, con cada esfuerzo estaremos cada vez más cerca de lograrlo. Pero si ni siquiera hacemos el intento, vamos a pasar toda nuestra vida preguntándonos cómo hubieran sido las cosas si al menos hubiéramos hecho el esfuerzo. Bien dicen que no hay peor lucha que la que no se hace. Si se intenta, si se hace el esfuerzo, al menos se tiene la posibilidad de vencer los obstáculos, sin embargo si no se hace nada es totalmente seguro que los problemas seguirán allí y cada vez serán mayores. Al enfrentar al miedo y la duda nos damos cuenta que realmente el dragón no era tan grande como pensábamos. Cada duda, cada incertidumbre, cada temor, son como piedras en nuestra vida diaria, sólo cuando logramos deshacernos de esto podemos realmente sentirnos liberados y ser auténticos ante los demás y sobre todo ante nosotros mismos.



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